EL PODER DE LAS HISTORIAS

Problemas con Chicco. ¿Qué hacer si pierdes una pieza de la silla?

Nacho Caballero ♛

Problemas con Chicco. ¿Qué hacer si pierdes una pieza de la silla?

Jano y su huella

Mis problemas con Chicco comenzaron hace una semana en plena ola de calor. En nuestra tradicional visita a Verdecora de cara a la época estival, nuestra hija Alma de año y medio sufrió un mareo mientras volvíamos a casa en el coche. El resultado fue una vomitona de 8,4 en la escala Poti que echó a perder el vestidito tan mono del Lidl y nos obligó a quitar la funda de la sillita del coche. De la marca Chicco, para más señas.


Fue precisamente en el momento en el que quité la funda cuando comenzaron los problemas con Chicco. De forma accidental perdí una de las piezas que permite el cierre de los cinturones de sujeción. Di vueltas por todas partes y casi pongo el coche boca abajo para encontrar la dichosa pieza. Sin suerte.


Estuve mirando de forma genérica en Google por si hubiera alguien en Amazon que vendiera piezas de repuesto. Inconscientemente, daba por hecho que la marca en cuestión no lo haría. Di en el clavo. A los pocos días contestaron a mi petición desde la web de Chicco, con un párrafo de cortar-pegar que por problemas de homologación y seguridad no vendían piezas sueltas. Sin llegar a entender cómo puede tener problemas de homologación una marca con una pieza de repuesto de sus propios productos. En cuanto a la seguridad, supongo que lo más seguro para ellos es que por una simple pieza te compres otra silla.


La respuesta robotizada de Chicco se fue complicando en sucesivos correos electrónicos. Hasta que en el perfil de la marca en Facebook me dieron la solución. Por lo visto pensaron que la sillita era de paseo y me pusieron todo tipo de facilidades. Cuando descubrieron que era una sillita de coche la cosa se torció para siempre y se alinearon con la robotizada Siri que me contestaba a los correos electrónicos.

Mis problemas con Chicco comenzaron por la poca calidez y convicción de sus respuestas. La cosa se agravó con su comunicación contradictoria y descubrí que tienen piezas de repuesto, pero no para mi silla.

Deduzco que Chicco te vende repuestos solamente si la silla es de paseo. Por lo visto desaparecen por arte de magia los problemas de seguridad y homologación. Alguno pensará que una silla de coche tienen más exigencias de seguridad. Estamos hablando de un consumidor que facilita un modelo de silla concreto, envía fotos de la pieza que le falta y le pide a una marca de toda la vida que le eche una mano para no tener que gastar 180 euros en una silla nueva. Lo que me parece aparte de una faena, una aberración medioambiental.


Menos mal que está Wallapop para sacarme del apuro. Busqué una silla similar y en menos de cinco minutos tenía cerrada la compra por 20€ de una silla usada pero con el mismo cierre que la de mi hija. Con mis propios criterios de homologación y seguridad corté la hebilla que me faltaba y se la puse en la silla de mi hija. Cierra a la perfección y es 100% segura.


Desconozco si la marca Chicco o su matriz Artsana tienen política de RSC (Responsabilidad Social Corporativa) y esas cosas que suenan tan bien. Lo que está claro es que no están cuando les necesitas.

Ya sabes, si tienes problemas con Chicco, siempre nos quedará Wallapop.


AUTOR: Nacho Caballero. Speaker y Formador experto en Storytelling y Motivación.

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