Cuando la conexión vence al talento… y nadie lo ve venir.
El partido era de nivel medio.
Yo había convocado.
Yo confiaba.
Pero al primer minuto…
uno de los rivales—con obesidad evidente—se cae estrepitosamente al devolver una bola.
Y mi cabeza pensó lo que muchos pensarían:
“Habrá que tener cuartelillo con estos.”
Grave error.
Porque el otro, su compañero, no le tuvo pena.
Le animó, le jaleó, le devolvió el alma.
Y ese tipo, el que parecía fuera de forma,
empezó a jugar como si le fuera la vida.
Mientras tanto, mi compañero—bueno con la raqueta, sí—
empezaba a convertirse en otra cosa:
juez.
Tiquismiquis con el reglamento.
Cascarrabias con cada punto.
Más preocupado por tener razón…
que por jugar.
Ellos se hicieron fuertes.
Nosotros nos fuimos deshaciendo.
Nos ganaron.
Con claridad.
No por técnica.
No por físico.
Por conexión.
Lo que vi ese día, lo veo cada semana en empresas.
Equipos preparados…
con talento…
con años de experiencia…
Desconectados.
Desmotivados.
Desorientados.
Todo porque uno de los miembros, muchas veces el jefe,
ha decidido juzgar en vez de jugar.
Y cuando eso ocurre…
No se nota al principio.
No se ve en la primera reunión.
Pero cuando estalla, ya es tarde.
Se va el talento.
Se pierde un cliente.
Te aplasta el que parecía más débil.
En tu empresa puede estar pasando lo mismo.
Y si no haces nada,
si lo dejas pasar,
no es que estés perdiendo partidos…
es que estás regalando la liga.
💥 Yo te ayudo a detectar dónde está la fuga.
Y a reconectar lo que se está rompiendo.
Pero solo si te atreves a mirar donde duele.
© 2025 Nacho Caballero.
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Nacho Caballero
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