EL PODER DE LAS HISTORIAS

Exprimiendo a tus propios hij@s.

Nacho Caballero ♛

Exprimiendo a tus propios hij@s.

El jueves fue un día extraño.


La Jornada Continua tuvo un apoyo del 92 % y una participación muy superior al 50 % del censo electoral. Volvió a ganar la minoritaria abstención en el colegio de nuestros hijos.


Seguimos con la jornada partida por una legislación infame que exige un 66% de participación y que silencia la voluntad mayoritaria. Año tras año.


Recordemos que el Brexit fue aprobado con el 51,9% de los votos.


Eso me produce una profunda tristeza por aquellos niños cuyos padres/madres consideran que un colegio público debe ser un centro de acogida social que atienda a sus hijos durante 8 o 9 horas al día. En lugar de un centro educativo en el que los niños vayan a aprender. Punto.


La gran frustración de la votación es por esas familias que, con la jornada continua, tendrían una oportunidad de comer con sus hijos o de estar más tiempo con ellos y reducir la carga de tiempo que estos permanecen en el colegio. Incluso ahorrarse el comedor escolar: menuda locura para cuatro mentes obtusas con estudios superiores que brillan por su ausencia.


Tengo la certeza de que, en cualquier tipo de centro educativo, el niño es un activo que se ordeña al máximo para sacar dinero por parte de un ecosistema de actividades que dejan poco margen al libre albedrío.


Extraescolares y horas muertas en el colegio que tu hijo no desea, te engañe quien te engañe para que pienses eso.


O bien el padre que se queja de la comida del comedor pudiendo comer con su hijo gracias a la Jornada Continua... o la madre que la disfruta en su trabajo, pero no la quiere ni para su hijo y lucha con ahinco desde una cobarde sombra para negársela a todos los demás.


Sin olvidar a las que se disfrazan de sufragistas un día y hacen campaña por la abstención en algo que perjudica a muchas familias; especialmente a los niños más vulnerables en un colegio público.


Podemismo intermitente que se alimenta de las extraescolares gracias a un horario demencial.


Yo me siento muy afortunado porque el año que viene me podré permitir, de nuevo, el que mis hijos coman en casa y todos los viajecitos extra a los que me obliguen la jornada partida. Un mínimo de 4 ideas y venidas, hasta un máximo de 6 a 8 gracias a la Jornada Partida que nadie ha elegido.


Con la Jornada Continua sería solo 2. Llevar y recoger. Durante 9 meses al año. Sin perjudicar a los que elijan otro horario.


Es tan injusto todo esto.


No puedo dejar de pensar en la gente que permanece en mentalidades de horarios y productividad que están caducados. Como si muchos padres y madres quisieran que sus hijos sigan la estela de estar mucho tiempo en el lugar de trabajo y con una bajísima productividad.


Papá y mamá calentando la silla en el curro chutados de cafeína a las tres de la tarde, pestañeando de más delante del ordenador. Sus hijos también. Cabeceando de sueño delante de unas matemáticas vespertinas imposibles de asimilar.


El argumento estrella de este colectivo es que los niños que solo están cinco horas en el colegio, siendo 100% productivos, luego solo ven la tele en casa.


Se cree el ladrón...

Todo esto para denunciar un drama social de miles de familias que son una mayoría abrumadora que, año tras año, es censurada en los colegios públicos de Madrid por una legislación que silencia un clamor popular: elegir el mejor horario para nuestros propios hijos. Sin perjudicar a nadie.

La parte buena de todo esto es la cantidad de gente buena y valiente que me he encontrado y que merecen todos los esfuerzos del mundo. También en partidarios de la jornada partida que fueron a votar lo que quisieron.


También la magnífica acogida que todo este movimiento reivindicativo ha tenido en la dirección del colegio y que me anima, ahora más que nunca, a implicarme mucho más en la toma de decisiones del colegio de mis hijos. Aunque soy consciente de que me encontraré, de nuevo y con toda seguridad, con zancadillas de gente pequeña y mirada de cercanías.


Para terminar.


Durante los dos años de pandemia, disfrutamos de Jornada Continua por decreto y pudimos ver que el apocalipsis nunca llegó.


- No se cerró comedor. Lo disfrutaron los que lo necesitaron. No los que no tienen otra alternativa.

- Muchas más familias comían juntas en sus casas.

- Menos extraescolares rellena huecos y más tiempo para hacer los deberes cuando todavía es de día.

- Profesores con mejores horarios, mayor motivación y productividad.

- Alumnos con necesidades especiales, atendidos eficazmente durante el 100% de la jornada escolar.

- Y los partidarios de la Jornada Partida recogiendo a sus hijos a la hora de siempre. Sin perjudicar a nadie.


Repito, no hubo apocalipsis.


Todo lo contrario.


¿Hace falta otra pandemia para que tengamos un horario del siglo XXI reclamado por una mayoría, año tras año?


Por qué tenemos que seguir aguantando los argumentos de una minoría insignificante pero ruidosa que se apoya en estudios realizados por la mano que mece la cuna y que serían un material impagable para una buena fogata.


Para que esto no vuelva a ocurrir.


Para que, de una vez por todas, DECIDAN LOS QUE VOTAN.


Para conseguirlo, necesitamos tu apoyo y máxima difusión.


FIRMA AQUÍ.


Muchas gracias.


Nacho Caballero. 650 486 412. (ojo, que devuelvo llamadas perdidas)


PD: mientras escribia este post, nuestros hijos Óliver y Alma jugaban con los Playmobil y han tenido esta conversación:


- Hijo mío, no huyas, ve hacia la lucha.


- Por qué.


- Porque ir hacia la lucha es la única manera de sobrevivir


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