“Le pillé”: Cómo detectar a los que no quieren cambiar (y por qué te están robando ventas)

Le pillé.

Así empieza todo.

No fue una gran conversación.
No fue un análisis profundo.
Fue una reacción. Automática.

Le mandé un email y su respuesta fue una frase afilada:
"Ajá, lo sabía. Otro que solo quiere venderme algo."

Y ahí lo entendí: no todos quieren ayuda.
Algunos solo buscan una excusa para no moverse.

Hay dos tipos de personas.

Las que están buscando una solución.

Y las que están buscando un motivo para seguir igual sin sentirse culpables.

Estas últimas no quieren transformar nada.

Quieren tener razón.
Quieren pillar a alguien.
Demostrar que todos son iguales.
Y marcharse orgullosos, como quien gana una discusión en Twitter.

El problema es que tú les das demasiado poder.

Dudas.
Dulcificas.
Reduces la intención de venta de tu mensaje.
Y al final acabas escribiendo una newsletter que no incomoda…
pero tampoco activa.

Y mientras tanto, otro —que no necesitaba excusa, sino dirección—
saca la tarjeta y avanza.

Porque no le molesta que le vendas.
Le molesta que le mientan.

La venta honesta no duele. Duele la manipulación.

Pero esto no va de manipular.

Va de hablar en serio.

Y eso implica decir cosas que duelen.
Señalar heridas.
Nombrar lo que el otro no quiere ver.

Si te dicen que "esto es caro", no rebatas.

Presenta dos propuestas
Haz que el cliente se sienta libre, pero dentro de tu marco.

No escondas tu intención de venta.
No te disfraces de terapeuta de LinkedIn.
No empieces con un “¿cómo estás?” y termines pidiendo perdón por ofrecer lo que haces.

Vender no es manipular.

Es decirle al otro: “Esto es lo que ofrezco. Esto es lo que cuesta. Esto es lo que puedes ganar si te atreves.”

El que lo entienda, lo comprará.

El que no, buscará una grieta en tu mensaje para poder largarse sin culpa.

Y tú debes aprender a distinguirlos. A filtrarlos.

Como dice Matt Furey:
“No sobreenseñes. No les alimentes gratis. Dales solo una pizca. Un whiff. Para que saliven. No para que se sacien.”

Eso hacemos en esta casa.

Esto no es una newsletter de inspiración vacía.

Es una herramienta diaria para los que quieren comunicar con intención y vender con autoridad.

¿Duele a veces?
Sí.
¿Funciona?
También.

Así que ya lo sabes.

Puedes seguir acariciando al lector con frases suaves que no venden.
O puedes empezar a escribir desde el estómago.
Con respeto, pero con intención de cerrar.

Porque si no vendes, no sirves.

Y si no sirves, eres solo otra voz más escribiendo para sí misma.

¿Quieres aprender a vender sin pedir perdón?

Suscríbete gratis a mi newsletter diaria:
👉 nachocaballero.com

Es gratis.
Pero no es suave.