El valor de ayudar a los que están cerca. 8000 kms VS tu vecino de abajo

Esta semana ha sido intensa.

Por un lado, he dado un curso sobre storytelling a 8000 km de distancia de mi casa.

Disfruté muchísimo y a los alumnos les encantó.

Aportando valor a miles de kilómetros de distancia.

Por otro lado, está uno de mis vecinos.

Un tipo que en algún momento derrapó por la vida y que, si te lo encontraras por la calle, te generaría desconfianza.

Torcuato lo llamaría un renglón torcido.

Un buen hombre al que vengo prestando ayuda desde hace meses con temas tecnológicos y burocráticos.

Esta semana la situación ya era límite.

Necesitaba, por encima de todo, conseguir un subsidio al que pueden acceder los mayores de 52 años.

Sin embargo, Ayuso y la tecnología estaban en su contra.

Estuve en su casa durante más de una hora para intentar conseguir una cita en el SEPE que no le pillara a una distancia imposible de salvar.

Nada que ver con los 8000 km que te he contado antes.

Cuando tu vida es tan precaria, recorrer 40 km lejos de tu domicilio se convierte en una aventura.