¿Por qué tu forma de conducir delalta tu forma de ser?

Ayer estaba en un cruce de calles al lado de mi casa.

Observo que un coche está parado aunque tiene el semáforo en verde para poder circular. Comienzan a pitarle por detrás.

Mira con detenimiento y veo que este coche no avanza porque al otro lado de la calle hay coches atascados.

Está quieto con el semáforo en verde para no bloquear el cruce.

¿A quién se le ocurre?

Esto me recuerda a cuando mi padre veía un semáforo en rojo a lo lejos y comenzaba a reducir la velocidad.

Siempre estaba el típico listo al que le había dado un siroco y que nos adelantaba quemando rueda y pegando un frenazo para regocijo de los talleres Midas.

Siempre ha habido dos tipos de personas.

Las que van como pollo sin cabeza y las que no.

Lo bueno, es que se puede pasar de una situación a otra.

Se puede cambiar y se puede mejorar.

Yo fui un pollo sin cabeza.

Escribir me ayudó a mejorar.

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Nacho Caballero. Copywriter experto en Storytelling y Storybrand

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