Mejor hecho que perfecto: La lección de Alma

En casa todos tenemos gafas. Salvo nuestro gato Sun y Alma.

La visita al médico

El otro día fuimos al médico de cabecera. "Atención primaria" para los más modernos. Le dije a su pediatra que examinara a Alma para ver si veía bien. Por genética pura y para prevenir.

Tiene 8 años. Piensa mejor que muchos adultos que conozco. Me intimida nuestra hija con su inteligencia y precisión de rayo láser. Es amor infinito lo que recibimos de ella.

El talón de Aquiles de Alma

Pero aquel día descubrí su talón de Aquiles. Fallar. Llegar a una línea en la que ya no pudo responder al médico lo que veía. Agobio. Abrazarse a mí emocionada.

Yo la tranquilicé como pude. Encontró consuelo en decirle que no era un examen. Que es un tema de salud para sus ojos. Que no pasa nada.

Pero ahí queda. Una tendencia a no poder ni querer fallar.

El talón de Aquiles de demasiada gente

En contraste con mi mantra: Mejor Hecho que Perfecto. Estar en ese momento para abrazarla es de los que no se olvidan. Es un espanta-perfeccionismos porque son la llave para la infelicidad. Porque nuestro lema en casa es que los cinco no somos una Familia… también un Equipo.

La importancia de estar presente

Por eso es tan importante estar presente. Para consolar y empatizar. Para contarle algo de nuestra infancia que sea equivalente y eso dé un sopapo a cualquier conato de querer ser perfecta.

Por eso no da igual verlos crecer en directo frente a hacerlo por la pantalla de vídeos por WhatsApp.

Reflexión final

Algunos me dicen que llevo dos años sin publicar un libro. Este es el correo número 600, repleto de Storytelling, que escribo en dos años. Ya queda menos.

Nacho Caballero. Copywriter experto en Storytelling aplicado a la Comunicación, Marketing y Ventas

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