La historia de un empresario que dejó su huella en el Valle del Jerte

En mayo, decidimos pasar unos días en el Valle del Jerte para celebrar el cumpleaños de Fátima. Este lugar, conocido por sus impresionantes cerezos en flor, tiene un significado especial para nosotros, no solo por su belleza natural, sino porque allí reside un gran amigo: mi Profesor Manolo.

Tuve la suerte de ser su alumno cuando tenía 8 años, y desde entonces, mi vida cambió para siempre. Manolo ejerció como maestro solo durante unos pocos años. Luego, se hizo sindicalista, y al comprender las realidades de ese mundo, decidió emprender su propio camino como empresario.

El viaje de un maestro a empresario de éxito

Manolo no es solo un maestro que dejó la docencia; es un hombre que ha construido miles de hogares en toda España. Como promotor inmobiliario, ha tenido éxito en diversos sectores, y uno de los más emblemáticos es la producción de cerezas en el Valle del Jerte. Ha enfrentado críticas, como cualquier empresario de éxito, pero ha sabido mantenerse firme.

Generosidad y valores familiares

Cada vez que hablo con Manolo, me impresiona su generosidad y sus sólidos valores familiares. Es un hombre que siempre se interesa por los demás. Me pregunta por Fátima, por Óliver y por Alma, y por supuesto, siempre me pregunta: “¿Qué tal te va, Nacho?” Tan sencillo y tan auténtico.

Manolo es un hombre hecho a sí mismo. Dejó atrás la seguridad de una carrera como funcionario para construir la vida que realmente deseaba. Y sé que, cuando ya no esté, dejará un boquete XXL en el mundo.

Una noche en el Valle del Jerte

Recuerdo que, durante nuestra visita, Manolo y su mujer nos llevaron de nuevo a su casa para compartir los frutos de su tierra. Queríamos invitarles a cenar en honor al cumpleaños de Fátima, pero ellos declinaron con elegancia. Nos dieron un abrazo y nos dejaron disfrutar de la cena en un lugar mágico, construido por ellos hace años. Cuando intentamos pagar, descubrimos que Manolo ya había cubierto la cuenta sin que lo supiéramos.

La lección de Manolo

Cuando sea mayor, quiero ser como Manolo. Porque las personas que más han arriesgado son las que más tienen y las más generosas que conozco. Saben cómo generar riqueza una y otra vez, y lo hacen con una humildad que es rara de encontrar.

Y luego están los que prefieren la seguridad. Los que viven con miedo y envidia, que podrían llenar 20 trasteros con sus “por si acaso”. Los que respiran escasez y la transmiten a los demás.

Yo, sin duda, me quedo con Manolo.

Nacho Caballero. Copywriter experto en Storytelling aplicado a la Comunicación, Marketing y Ventas

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