La economía de la atención

Cuando uno afronta la paternidad, tiene que lidiar con situaciones que pueden complicarse todo lo que uno desee. Lo más trivial se puede llegar a convertir en una montaña de dificultades si te dejas arrastrar al fango de internet.

Hoy en día cualquier persona puede escribir lo que quiera sobre un tema, darle un enfoque nunca antes visto y convertirlo en alarma cibersocial al momento. Y no me ciño solamente a los blogs personales abiertos de cuatro porrazos.

Todos sabemos que es bueno beber dos litros de agua diarios pero ahora resulta que es mentira, también que tomar leche entera adelgaza o que tomar productos desnatados engorda. Descubrimos que pedirle respeto a tu hijo pequeño igual no es bueno o que ponerle límites igual no es tan conveniente. Justo lo contrario de hace cuatro días. Todo vale en medios de comunicación de prestigio repletos de dóciles becarios que van pasando por su redacción tras pagar un master cuyo importe no van a recuperar jamás con la efímera beca que les pagan.

Vivimos en la economía de la atención y en el mundo de la paternidad es ciertamente bochornoso escuchar algunas teorías peregrinas, que encuentran resonancia en personas cuya inteligencia tenía claramente sobreestimada.

No se trata en absoluto de creer que soy el más listo del colegio, simplemente creo que la información es una mercancía colocada en una rueda que va dando vueltas y que de vez en cuando vuelve a surgir como noticia. Hemos cambiado el periodismo por el anecdotario y la ocurrencia.

Si eres padre o madre ojalá conserves en tu memoria el sentido común con el que te educaron tus padres, abuelos o similares. En un tiempo en el que nada era trending topic y las estupideces no tenían su minuto de gloria varías veces al día en nuestras vidas.

AUTOR: Nacho Caballero. Speaker y Formador experto en Storytelling y Motivación.

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