Verdades y mentiras sobre tener gato estando embarazada

Este post hace referencia a esas tres palabras que dijo el ginecólogo de Sanitas de la calle Caracas en Madrid: "el gato , fuera".

A partir de ese momento el que salió de nuestras vidas fue el ginecólogo porque no volvimos a pisar por allí . Porque consideramos que es una irresponsabilidad demonizar a los gatos frente a un embarazo, siempre que se cumplan una serie de requisitos que hacen IMPOSIBLE el contagio a la madre y/o el futuro bebé:

1. Que vuestro gato de negativo en toxoplasmosis y la futura mamá también es lo más habitual. Hay que esforzarse mucho para que haya un contagio primero del gato y luego de la madre.

2. Si la mamá da positivo en el primer análisis, puede comer jamón hasta reventar y no cambiar nada en relación al gato.

3. Si el gato da positivo en toxoplasmosis, la enfermedad es contagiosa durante quince días. Nada más. No es lo mismo darle vacaciones que echarle de tu vida.

4. Si tu gato no tiene contacto con otros gatos, no sale a la calle nunca y tampoco come carne cruda como higaditos o animales que él cace, las posibilidades de que se contagie son equivalentes a pensar que Belén Esteban haya escrito un solo renglón de su libro.

5. Tú, futuro padre, te encargarás durante todo el embarazo de gestionar la arena y/o perlas del gato, así como heces e higiene general del mismo. Aparte de lavarte las manos un 300% más de veces hasta sentir que te quedas sin PH.