El valor de decir no: Filtrando a los clientes incorrectos

En lo que va de año, he rechazado más clientes que nunca. Una de las formas de hacerlo ha sido pasando el presupuesto que considero justo por mi trabajo. El dinero es un filtro anti-primarkers muy eficaz.

Cómo filtrar clientes

Hoy mismo, una persona me contactó por LinkedIn pidiendo referencias, muestras de mi trabajo como StoryTeller y que demuestre que soy un experto en inteligencia artificial. Aquí va el consejo que nadie pidió: una persona que te pide demostración de lo que eres cuando Internet está inundado de tus escritos, de estos emails, de siete libros publicados con centenares de opiniones de lectores, de casi 50 referencias profesionales en LinkedIn, centenares de vídeos cortos y largos, charlas TED, de tus cursos de pago… es una persona que no te busca para contratarte, sino que te está validando.

El peor de los comienzos

Y ese es el peor de los comienzos. Lo mejor que puedes hacer es enviar ese cliente a tu competencia. Será como meter una piraña en la bañera de tus colegas de profesión. Una pérdida de tiempo y una lucha de egos en la que ya no quiero entrar. Las fantas, que las pague otro.

Contraste con buenos clientes

Por contraste, todavía recuerdo a uno de mis clientes favoritos… y mejor persona. Ese que de vez en cuando viaja a Tokio y me envía estampas difíciles de olvidar. Ese que ocupa una butaca de honor en El Videoclub de este domingo. Recuerdo cómo nos conocimos y cómo me contrató.

Sencillez extrema

Sencillez extrema. 100% fricción free. Tengo siempre en mente ese momento cuando dudo de si alguien me quiere contratar de verdad o no. Con los buenos clientes que conectan contigo de forma genuina, pasa como el amor de tu vida. Cuando os encontráis, todo se simplifica. Y lo demás, son teloneros.

Nacho Caballero. Copywriter experto en Storytelling aplicado a la Comunicación, Marketing y Ventas

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