Cómo disfrutar de tener coche sin tenerlo

Llevo unos cinco años disfrutando de servicios como los que ofrecen Blablacar, Bluemove, Respiro, Car2Go, Bicimad… es decir, una combinación entre el uso compartido de vehículos y el pago por uso de los mismos.

Por eso cuando veo las noticias sobre el recorte de fabricación de coches en las diferentes fábricas de España, me parece un fenómeno que tiene una cierta lógica. Un signo de madurez que ojalá nos lleve a desterrar para siempre que cada persona tengamos que tener uno, dos o tres coches. Pagando una cantidad desorbitante por comprarlo, con esa sensación que siempre he tenido de pacto de precios entre las diferentes marcas y sus concesionarios. Por no hablar de ser un sector permanentemente dopado de forma artificial con planes de subvención gubernamental.

Los fabricantes están descubriendo que pueden vender coches con un clic, como el que elige ver una película en Netflix. Salta por los aires la idea de los concesionarios, llamados a desaparecer de esta estructura de ventas a menos que se reconviertan de forma total.

Me mata decir esto pero es que se veía venir. Como la gente que trabajaba en el carbón que se echó las manos a la cabeza en un contexto social en el que el medio ambiente es un valor en alza… y en el que las alternativas limpias calan en la mente del consumidor.

Ojalá se siga reduciendo la producción de coches porque paulatinamente hagan menos falta en esta sociedad. Que se potencie el pago por uso y no la propiedad individual de vehículos de forma indiscriminada. Esta es la forma de avanzar hacia una movilidad sostenible y hacia unos precios de renting o pago por uso razonables.

Yo este año he conducido un Golf, tres Fiat 500, un Opel Adam y varios Smart… ninguno es mío, ni falta que hace.

AUTOR: Nacho Caballero. Speaker y Formador experto en Storytelling y Motivación.

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